- Irina Rodriguez Calderón
- 16 dic 2020
- 3 Min. de lectura
Este año las pláticas, los anuncios, los comerciales, las noticias y la vida en general se torno en base a cómo cuidarnos, como cuidarnos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos por la pandemia, buscando usar cubrebocas, tener distancia entre personas, evitar lugares etc.; Pero un tema que sobresalió fue la ansiedad, el problema de vivir en el presente el miedo a tomar riesgos por que el futuro se ve mas incierto de lo que generalmente ya es, este año fue un regresar a nosotros, a los seres queridos y a nuestra casa.
Esa casa que nos fue prestada para pasar por la vida para poder disfrutarla escuchando observando, pensando, oliendo, degustando, sintiendo esa casa llamada CUERPO que necesita más cuidados que solo los físicos. “La sensibilidad permite al niño ponerse en contacto con el mundo exterior de un modo excepcionalmente intenso. Y entonces todo le resulta fácil, todo es entusiasmo y vida. Cada esfuerzo representa un aumento de poder”. María Montessori. Pero esto no solo pasa con los niños sino también con nosotros mismos, necesitamos regresar a nuestro cuerpo sensaciones y emociones para que la vida fluya con plenitud y agradecimiento.
Así como cada niño tiene su propio ritmo que necesita ser respetado y cuidado por el adulto y por el entorno, nosotros como adultos necesitamos cuidar y respetarnos a nosotros mismo, necesitamos ser nuestros propios guías pues ha cierta edad esa guía interior es mas fácil que sea escuchada por como nos sentimos nosotros mismos, necesitamos velar por nuestra salud integral.
Te comparto mi año, fue un año muy inesperado y diferente, de viajar a mi ritmo, un año de grandes perdidas pero de llegadas inesperadas, de despedidas y reencuentros, de aprender a soltar para fluir en paz, pero de aprender a sostener con firmeza lo que vale la pena, de enfrentar juicios, pensamientos, recuerdos y etiquetas para limpiarlas, cambiarlas y superarlas.
Fue un año clave donde me tope con gente increíble que estaba ahí pero que no había podido ver y también con personas que “estaban” pero que no eran o estaban presentes, me dijeron mil cosas, que yo vivía con fantasmas, deprimida, inestable, que no valía la pena, que no eran enchiladas, que dejara de hacer lo que estaba haciendo e incluso gente que pensaba que lo que hacia era por ellos.

Pero encontré personas tan valiosas, que me dijeron enfrentémoslo juntos que me acompañaron cada día, que me dieron una critica constructiva, que me dijeron NO a todo lo que pensaba o soñaba y quería, pero me hicieron buscar el camino de cómo Sí. Que no me hicieron más fácil la vida pero si me hicieron más fuerte y me acompañaron en cada paso, por que al final ese amor y admiración era correspondido realmente. Así como los niños dicen “Ayúdame a hacerlo por mí mismo.” María Montessori, También nosotros necesitamos esto para ser mejores.
“El instinto más grande de los niños es precisamente liberarse del adulto.” Maria Montessori, Pero el adulto tiene un instinto de defenderse y protegerse de lo que en su momento no pudo proteger a ese niño que fue. El indagar, el reflexionar, el pensar para entender ayuda a crecer y superar, no es fácil pero es un trabajo importante es un trabajo de todos los días de vivir y sentir grandes cosas para lograr cambios y ser mejores. Volverte más fuerte, más valiente, más humano.
No tengo palabras para esas personas que regresaron a mi haciéndome ver de una u otra manera lo importante que soy como ser humano, esas personas que siendo amigos o no, me pusieron en situaciones de confrontamiento personal donde verme en el espejo me hacia seguir sanando, ver donde faltaba un curita, una bandita o incluso un ungüento y a veces ellos ni siquiera estuvieron consientes de ello. Mientras yo estaba sanando pero que ayudaron de alguna manera con esas heridas que ahora puedo decir que están sanando.
Entendí la importancia de cuidar de mi, de sentirme bien para mi, sin que otros me cuide o me den algo, para poder estar de pie, bien y fuerte para mi y mi hija, solamente yo puedo construir mi presente vivir cada momento como es, no necesito a nadie más para ser feliz estar sana, hacer ejercicio y vivir bien. Me necesito a mi de regreso con conciencia y abierta, me necesito creativa, valiente, con fe, amorosa, respetuosa, cariñosa y detallista. Todo lo que buscaba en alguien este año lo encontré en mi.
Solamente siendo un ejemplo puedo “Sembrad en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan; los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón.” MM
Cada uno de estos niños será el cambio que el mundo necesita, pero solamente empezando por sanar y cuidar nuestro propio niño interior podernos darle al mundo los adultos que los niños necesitan.